Escribir, leer, hablar: pensar.

¿No lo habéis pensado nunca? ¿Nunca os ha ocurrido que necesitáis escribir algo, que tenéis la necesidad de decirle algo al mundo, de dejarle escritas palabras que le hagan pensar, palabras que le saquen los colores a una flor, a una sonrisa, a una nube, o incluso al mismísimo sol?
Me gustaría, con esta entrada, haceros reflexionar a vosotros, numerosísimos lectores de mi afamado blog, sobre el hecho de escribir. Este hecho implica sacar lo que uno tiene dentro, pintar lo que piensas con el pincel del bolígrafo, contar una historia que nadie antes ha contado, con palabras que nadie antes ha empleado. Es maravilloso.
Escribir, leer, hablar. Son tres cosas muy relacionadas, y las tres ayudan mucho a una cosa: a pensar.
Causa realmente impresión la falta de cultura de la sociedad española actual. Es flagrante el desmesurado fracaso escolar, y, con él, la falta de ideales grandes, de ideales que llevan a salir de la coraza que a veces forjamos en torno a nosotros, y a emocionarnos, y a coger un bolígrafo y sacar lo que tenemos que sacar, escribir lo que pensamos, enfrentarnos sin miedo, con valentía de soldado, al folio en blanco.
Junto a esa falta de ideales, se presenta cada vez más complicado encontrar buena literatura, que de verdad tenga algo que decir, y que lo diga bien, con las palabras como arma.
La gente cada vez lee menos, por lo tanto escribe menos, y habla peor. Como consecuencia, piensa mucho menos. Y esto es así porque alguien se ha ocupado de que así sea, de que mucha gente no se preocupe de formar su cabeza para poder ser fácilmente controlada. Este es el gran mal de nuestro tiempo.
Pues desde aquí quiero hacer todo lo posible (que es escribir esto) por fomentar la escritura, la lectura y el buen hablar, y, dando un paso más, el pensar, el buscar el porqué de las cosas, su verdad. Si con estas líneas, alguien se animase a leer un libro, o a escribir un poema, o a hablar con corrección, sería un logro. Ánimo, cuestionaros las cosas, buscar un libro que os ayude a explicar por qué no solo somos un puñado de carne y huesos, escribir lo que pensáis, pensando lo que escribís.
Con nada más que decirle al mundo. Buenas noches.

Gustavo Ron.

El miércoles asistí a una conferencia presidida por un director de cine. No era uno de los de la talla de Almodóvar, o Amenábar, pero era un buen director de cine que, además, era español. Su nombre, como el título de esta entrada delata, era Gustavo Ron. La verdad es que nunca había oído su nombre, pero sí que me sonaba de algo el nombre de su primera película, ''Mía Sarah''.
Por un momento, sinceramente, me imaginé cómo sería ser director de cine, y poder transmitirle al mundo tus ideas, tus visiones de la realidad, tus mensajes, y, a la vez, entretener con humor sano, bueno, que no recurra a la inmoralidad. La verdad es que es una posición desde la cual puedes transmitir muchos mensajes, casi tantos como teniendo un blog (entiéndase la ironía). Y no solo eso, sino que puedes transmitirlos a muchísima gente. Una buena película podría cambiar el mundo.
Durante la conferencia, Ron habló de su vida, y, aunque el título de la conferencia era ''Encuentros por una juventud solidaria'', Gustavo no habló mucho de solidaridad. Pero a mí no me importó excesivamente, porque contando su vida ya nos estaba explicando cómo ser solidarios, como luchar por lo que queremos. Su vida estuvo plagada de contratiempos, porque para conseguir llegar a ser director de cine tuvo que sufrir bastante, y tuvo que echarle cara, y moverse, y no tuvo miedo a la negativa de tanta gente que sí, le dio su negativa, y se hizo amigo de decenas de personas de todos los sitios.
Es una actitud de querer comerse el mundo, aunque, según él, todos queremos comernos el mundo, pero nos estrellamos contra quienes, antes que nosotros, lo han intentado y no lo han conseguido. Sinceramente, resulta chocante que lo diga una persona que está donde está él, y que tiene el ''poder'' de ser escuchado por mucha gente.
También manifestó su desencanto para con el llamado ''cine de valores'', pues se dio cuenta de que quienes promueven esas películas, quieren ir mucho más allá de lo que él creía, y no simplemente entretener. Él es partidario de las películas con mensaje, pero cuya función es entretener. Supongo que su desencanto tiene que ver con que el mencionado tipo de cine tiene mucho más mensaje que entretenimiento. Para terminar voy a copiar una noticia de periódico sobre este personaje que os hará ver lo que antes os contaba.

Un pequeño despacho de producción. La típica llamada de teléfono que no va contigo. El típico jefe que pregunta si alguien sabe alemán, para trabajar en la producción de un documental sobre los Sanfermines. El típico joven veinteañero que sueña con ser director de cine. "Yo", levanta la mano. La típica mentira piadosa que puede cambiar una trayectoria.

Gustavo Ron no sabía el idioma de Goethe, pero sí un perfecto inglés, por lo que cuando se puso en contacto con los alemanes éstos no pusieron ninguna objeción a trabajar con él.

Después de dos años de carrera en Pamplona, su amplia red de amistades facilitó el éxito de su labor. Aquello significó el inicio de su trabajo como productor. Lo de la dirección de largometrajes vendría luego, cuando trabó contacto en 2002 con Andrés Barbé (Formato Producciones) y le presentó el guión de lo que acabaría siendo Mia Sarah.

Con nada más que decirle al mundo.

Revólver. Carlos Goñi

Vuelvo a hablar de música (hace ya más de un mes que no me refiero a este tema, y es uno de mis favoritos), y lo hago siguiendo la tónica de la última entrada: voy a hablar de un grupo español.
Se trata, como bien reza el título de la entrada, de Revólver, un grupo valenciano que canta en castellano liderado por Carlos Goñi.
Este grupo es, en mi opinión, el segundo referente en la música en castellano de la década de los 80-90, después de Los Secretos, si bien es cierto que con esta entrada no voy a hacer referencia a los últimos años, pues soy conocedor, sobre todo, del álbum Calle Mayor (1996), y de algunas canciones de antes y después de este álbum, como ''San Pedro'' (del álbum ''Sur'', del 2000), ''El dorado'' (del álbum del mismo nombre del 1995), o ''El peligro'' (del directo ''Basico 2'').
Lo que sé de ellos es que sus melodías acústicas son sencillas, y las letras puestas en voz de Goñi, un excelente vocalista en mi opinión, tratan de temas que llegan, de los padres que trabajan para sacar adelante a su familia, de historias de amor, otras protestan contra cuestiones sociales (contra ETA, por el asesinato de Míguel Ángel Blanco, ''Una lluvia violenta y salvaje'', un auténtico himno de lucha contra el terrorismo, os la recomiendo porque es una de las mejores).
Me gustaría hablar sobre todo del álbum ''Calle Mayor''. La verdad es que todas las canciones de dicho disco me encantan, y sus letras me entusiasman, y hoy -después de años desde la primera vez que, en un coche, escuché la canción principal del disco, que protesta contra el racismo- cuando las escucho, sé que las recordaré siempre. Algunas como ''El mismo hombre'', ''Ten fe en mí'', o ''Mi rendición'', merecen mención aparte.
Bueno, lo dicho, canciones simples y letras con mensaje: Revólver.
Con nada más que decirle al mundo. Buenas noches.

Andalucía, ¿qué pasa?

Bueno, supongo que un politólogo en potencia debe escribir de vez en cuando sobre temas de este calibre, y, aunque sé que llego un poco tarde (aunque no tanto pues ayer fue la toma de posesión), me gustaría escribir sobre los resultados electorales del 25 de marzo en Andalucía.
Semanas o días antes (ya no lo recuerdo) de dicha fecha, se hicieron públicas las acusaciones de corrupción contra el Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán. Para explicarlo claramente, diré que se acusaba (se sigue acusando) a este hombre y a gente bajo su mando (el exdirector general de Empleo y Seguridad Social de Andalucía, Javier Guerrero) de dar ayudas (dinero de impuestos de los andaluces), valoradas en casi 1000 millones de euros, a amigos y conocidos, aprovechándose de unos ERE's que, supuestamente, iban destinados a prejubilaciones, que luego resultaron inexistentes. Con ese dinero, el chófer del exdirector (al que le cayeron 1'3 millones de euros) compró un piso, un terreno, y gastó miles de euros en fiestas y en cocaína.
En pocas palabras, que, el entonces candidato socialista, Griñán, bajo cuya mirada se realizaron todas esas acciones, se encontraba en una situación desfavorable ante las elecciones andaluzas. Es más, podría haber ido a parar a los tribunales, y, tal vez, a la cárcel. En vez de eso, ha ganado las elecciones, se ha salido de rositas, y es el presidente de una comunidad autónoma, después de robar mil millones de euros...
Ante la noticia de la victoria de las izquierdas (PSOE e IU), lo único que se me ocurre decir es: Andalucía, ¿qué pasa? ¿estáis ciegos? ¿no sois conscientes del engaño y del robo? Es cierto que Guerrero, antes mencionado, y no sé si algún otro, ya han ido a parar a la cárcel, pero, ¿y Griñán? ¿no os dais cuenta de que el que preside la Junta de Andalucía es un ladrón? ¡1000 millones de euros! No es que piense que el PP es la solución a todos vuestros problemas, pero, ¿cómo seguir votando a alguien que ha puesto el dinero del pueblo en manos de compradores de cocaína? No se entiende.
Solo me queda el consuelo de que la trama de corrupción en Valencia derrocó a Francisco Camps, expresidente de la Comunidad Valenciana meses después de haber ganado las elecciones en la Comunitat por mayoría absoluta. Griñán no tiene ni mucho menos dicha mayoría, aunque sí el gobierno sobre Andalucía, que sigo sin explicarme, y además con IU, un elemento muy peligroso, con figuras como Manuel Sánchez Gordillo, que votó en contra incluso del gobierno de su propio partido. Qué peligro, no quiero ni pensar el futuro andaluz...
Con nada más que decirle al mundo. Un saludo.

7

Escribiré hoy una breve entrada, después de estar media hora parado delante del teclado sin saber qué narices poner, para felicitar al Santo Padre Benedicto XVI por sus 7 años de pontificado.

¿Qué decir de este Papa? Pues, a primera vista parece que, después de Juan Pablo II, que conmovió al mundo, que tenía una fuerza y una fe en lo que hacía impresionantes, Benedicto XVI es un Papa anciano y con poca fuerza. Es sabido que las apariencias engañan. La fuerza que el ahora beato Juan Pablo II demostraba con su actividad constante y su juventud, la demuestra el Papa actual con sus palabras. Lo que quiero decir es que puede que Joseph Ratzinger, no haya demostrado tanto vigor físico como su predecesor (al menos antes de caer enfermo éste), pero lo tiene en su interior, y lo demuestra en sus discursos, hablando sin miedo de los temas considerados por la sociedad ''tabú'' para la Iglesia. No tiene miedo a la verdad, sino que es, (como su lema episcopal, ''Cooperatores Veritatis'', reza) un cooperador de la verdad, a parte de una de las cabezas más privilegiadas del siglo XX y XXI, un sabio como pocos ha habido en la Iglesia.

Benedicto XVI eligió ese nombre porque sabía que su pontificado, como el de Benedicto XV, iba a ser breve e iba a estar plagado de críticas contra la Iglesia. Así está siendo, pero el Romano Pontífice está respondiendo a esas críticas con la verdad y a los insultos proferidos desde numerosísimas cadenas televisivas y radiofónicas con amor, que, por otra parte, es lo único que puede esperarse del embajador de Cristo en la tierra.

Pues parece que me he extendido un poco, y solo quería terminar felicitando a su Santidad por sus 85 años de edad y por sus 7 años al frente de la Barca de Pedro.

Con nada más que decirle al mundo. ¡Viva el Papa!

Rima VIII

Seguimos con la Poesía Viva. En esta ocasión no es más que un paisaje que vi mientras viajaba en autobús recorriendo España. Pero de eso se trata, de coger un instante y hacerlo eterno, pues ese instante está vivo, tiene poesía, y hay que extraérsela. Bueno, no sé, pero ahí va, espero que os guste.

RIMA VIII

Atardeciendo en Castilla,

muere el sol sobre las nubes

grises, pardas, blancas.

Baila la hierba

un tango desconocido

al son de la música

que tañe el aire que la mueve.

El árbol se refleja, claro,

en el espejo del lago.

Y, de pronto, del dorado astro,

moribundo, extenuado, gigante,

un rayo de fuego se escapa,

tiñendo de escarlata

el cristal del agua,

que se muestra, por un instante,

como un campo

de cenizas ardiendo.

Atardeciendo en Castilla,

muere el sol sobre las nubes...

Cambiaremos el mundo con las palabras.

Con nada más que decirle al mundo. Un saludo.

Pisando los talones. Henning Mankell

Ya de vuelta de las vacaciones de Semana Santa y Pascua, me gustaría escribir una entrada sobre la primera novela policíaca que me he leído en mi vida, exceptuando algo de Sherlock Holmes que había leído, aunque nunca una novela entera por voluntad propia. El encargado de iniciarme en este género de una vez por todas ha sido nada más y nada menos que el sueco Henning Mankell, con su eterno protagonista, Kurt Wallander.

Kurt Wallander, que es considerado como el ''alter ego'' de Mankell, es un inspector de policía con mucha experiencia, con una vida un tanto solitaria (está divorciado, vive solo...), que vive en la ciudad de Ystad. Él es el protagonista que Mankell utiliza siempre en sus novelas, cuya vida va sucediéndose mientras resuelve casos criminales. Es una persona agresiva, cansada, que no se preocupa por los excesos, amante de la ópera, y que no ha tenido mucha suerte en la vida, que en las novelas se dedica a resolver casos extraños de asesinatos.

En este caso, el caso que debe resolver el inspector es si cabe más extraño que los demás, pues uno de sus compañeros ha sido asesinado, y ese mismo compañero estaba investigando la desaparición de tres jóvenes, que han sido igualmente asesinados.

Es una novela que no te deja parar de leer, te coge, y nunca relaja el ritmo extenuante de la investigación, que por momentos asusta, por momentos hace reír, cuando el protagonista muestra alguno de sus rasgos más extravagantes y a veces absurdamente agresivos.

Sinceramente, ha sido una iniciación en el género policíaco muy buena, y pienso leer alguna novela más de este autor. Me ha gustado, y os lo recomiendo vivamente.

Con nada más que decirle al mundo. Un saludo.