jueves, 31 de octubre de 2013

Cosas que no valen la pena (I).

La última vez que escribí fue hace exactamente treinta y dos días. Hagamos borrón y cuenta nueva. A otra cosa. Hoy estoy en un estado de ánimo que, haciendo memoria de mis escritos, se podría comparar a esto, o a esto otro. Sin embargo, lo intentaré.
Resulta que puse este título a una entrada que luego no escribí, y ahora recuerdo por qué era. Un día descubrí que había una cosa que no valía la pena. Era la siguiente: ponerse nervioso.
Me diréis que soy un inmovilista, un perezoso, quizá un conformista. Pero descubrí entonces que no vale la pena perder la tranquilidad por cosas que no se lo merecen. Se entiende, ¿no? Me parece que en esta vida hay que vivir en cierta tensión, para poder moverse, andar, pensar por ti mismo, etc. Pero una cosa es vivir en una tensión mínima imprescindible, y otra alcanzar un nivel de tensión elevado, efecto del cual es perder la paciencia y tratar a la gente de tu alrededor peor de lo que se lo merecen. La sonrisa se convierte en mueca, vas andando nerviosamente a todas partes, y lo que te podría salir en una hora te sale en cinco. Al final te das cuenta de que eres tonto, consigues calmarte, y mejor.
Y entonces, ¿por qué cosas vale la pena y por qué otras no vale la pena ponerse tenso? Tengo muy claro que una por la cual no vale la pena es el dinero. Hay que cuidarlo, no malgastarlo, y todo lo que quieras, pero no hay que tensarse por él.
En fin, sólo quería transmitiros este pequeño pensamiento. No tiene más, pero me parece que hay que tenerlo en cuenta. Y a ser felices.

El mejor poema del siglo

Terminé hace poco "Antología de la nueva poesía española" de José Luis Cano. Es una recopilación de poemas de autores del si...