jueves, 29 de noviembre de 2012

Lo realmente importante.


No gusto de tratar estos temas, ni tampoco gusto de parafrasear a otros bloggeros, pero esta vez lo haré para decir lo que vais a leer.
Se trata de la comentada afirmación de Benedicto XVI en su último libro de Jesús de Nazaret, en el que el Papa afirma que el buey y la mula no se encontraban en el portal de Belén. Cómo no, los medios no han desaprovechado la ocasión de meter el dedo en el ojo, y en el telediario de TVE del viernes pasado ya se oía al presentador soltar una ''gracieta'' al respecto. Pero mi consternación ha sido mayúscula al leer en un blog de esos amigos y admirados que salen a la derecha de las entradas, la indignación de algunas personas con respecto al asunto. Y por eso he decidido escribir esto.
Y es que, en este caso, pero también en muchísimos otros, se confunde lo principal y lo secundario, lo esencial y lo accidental. Por eso parafraseo a otro bloggero que escribió hace poco una frase que a su vez era tomada de un libro mucho, mucho más importante que cualquiera de los blogs a que hago referencia aquí: una sola cosa es necesaria. Espero que quede claro. Un saludo.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Ser o no ser.


Tiempo ha que no escribía una entrada sobre películas. Quizá haya sido porque no he visto desde War horse ningún film que me haya dejado la sensación que dejan las buenas películas. En este caso se trata de una composición antigua, en blanco y negro, que data de 1942, año en que todavía se estremecía el orbe entero con los ruidos de la guerra.
Se trata de una comedia con un humor, ¿cómo calificarlo?, puede que absurdo, teatral y agudo sean adjetivos que se le ajusten.
La trama, brevemente la describiré, nos sitúa en la Varsovia de 1939, en el momento en el que empieza la guerra, y tiene por protagonistas a un matrimonio de actores de teatro, uno de los cuales interpreta a Hamlet, y a su compañía entera, que se dedican a frustar los planes de espionaje del III Reich.
Como comentario diré que la vi anoche, y aún me sigo riendo. Nos vemos.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Confesiones de un pequeño idealista.


El otro día me dijeron que era un idealista. El que lo hacía consideraba que me proponía ideales utópicos, es decir, irrealizables, porque le dije que pretendía cambiar el mundo. La verdad es que no ha variado un ápice mi decisión de hacerlo, y lo quiero hacer por todos los medios posibles. Uno de ellos, y que vengo cultivando años, es la literatura. Y es que este escritor, leído por mil personas o por una sola, igual me da, pretende hacer recuperar a las personas la forma de ver la belleza del mundo, que no es poca. Pretendo hacerlo con las palabras, escribiendo cosas como la que os pongo aquí debajo, que espero que disfrutéis.
Cambiar el mundo es idealista, pero no utópico. Otros lo han hecho, y ahora es más necesario que nunca, así que, ¿a qué esperáis?


Dicen que las palabras se las lleva el viento. No estoy de acuerdo.
            ¿Qué son las palabras? Son entes independientes, vivientes, capaces de provocar reacciones en las personas que las escuchan, siempre que las escuchen, y no simplemente las oigan.
            Las palabras pueden cambiar el mundo. Sí, pueden, porque han nacido para eso. Debo, es mi deber de poeta, cantar, susurrar, gritar al oído del mundo las palabras que le hagan cambiar, que hagan a las personas dejar de afanarse en cosas vanas, y beber de la poesía, que es la vida, y de su propia vida, que es un poema que ellos mismos escriben con sus acciones.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

14N.

Hoy ha sido un día peculiar. Primero, es el día de la huelga general. Segundo, a pesar de no hacer huelga, no he ido a clase, porque he asistido a una conferencia cuyo título era ''Filosofía y sociedad. Razones éticas de la crisis económica''. Lo he dicho de memoria, así que puede que sea diferente. Yendo al lugar donde iban a tener lugar las ponencias, he visto un contenedor ardiendo, que había bloqueado un sector de la avenida Blasco Ibáñez. ''Ellos sí que quieren acabar con todo'', me he dicho, sin detenerme.
Luego, la conferencia. Ha sido muy interesante, a pesar de que habré retenido en mi cerebro un 2 % de todo lo que se ha dicho. Animaban a moverse, a darnos cuenta de nuestra responsabilidad en la crisis, y nuestro deber de solucionarla, entre otras muchas cosas.
Cuando volvía, he visto a un hombre saliendo de Mercadona con un carro con dos sacos de comida para perros/gatos de unos 20 kilos. O su perro es muy grande, o el animalito tenía mucha hambre. Hasta otra.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

En torno a una cerveza.


El otro día, mientras duraba el puente de Todos los Santos, viajé a una ciudad no muy cercana para tomar una cerveza con un amigo. Es realmente impresionante la de asuntos de los que se puede hablar en torno a dicha bebida con reducida (o aumentada) graduación alcohólica. La verdad es que, recordando el tiempo que invertí en ese rato conversando (no fue poco), pienso que valió la pena.
El caso es que, mientras hablábamos sobre las situaciones de cada uno, uno de los dos comentó que no existen situaciones mejores o peores, simplemente situaciones diferentes, y a cada uno le ha tocado una.
No hablaba con una persona poco inteligente, o de poca capacidad de reflexión, así que, deduzco, el comentario no estaba hecho a la ligera, por lo que me hizo pensar.
Me despido hasta la próxima. Termino diciendo que ayer, yendo por la calle, una persona hablaba con otra sobre ''birrear''. No es mal verbo, digo yo.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Primum vivere.


Empecé hace poco, y estoy en proceso de leer un libro que lleva por título 'Suite francesa'. Ambientado en la Segunda Guerra Mundial, narra la historia de los franceses que deben huir de París ante la inminente llegada del triunfante ejército nazi. Hablaré sobre el libro más adelante, pero hoy quería ofrecer a vosotros, queridos lectores, el diálogo entre dos personajes de la novela: los Michaud. Son un matrimonio casi anciano, que, tras fracasar la huida, vuelven a París. No tienen trabajo, su hijo está desaparecido en combate, y la ciudad deshabitada. Sin embargo, el marido, de carácter tranquilo, no pierde por un momento la calma, cosa que llama la atención de su esposa.

Jeanne lo miró.
-Qué extraño eres, Maurice... Te han pasado cosas como para estar amargado y desencantado, y sin embargo no eres infeliz, quiero decir, interiormente. ¿Me equivoco?
-No.
-Pero entonces, ¿qué te consuela?
-La certeza de mi libertad interior-respondió Maurice tras un instante de reflexión-, que es un bien precioso e inalterable, y de que conservarlo o perderlo sólo depende de mí. De que las pasiones llevadas hasta el extremo, como ahora, acaban por apagarse. De que lo que ha tenido un comienzo tendrá un final. En una palabra, que las catástrofes pasan y hay que procurar no pasar antes que ellas, eso es todo. Así que lo primero es vivir: ''primum vivere''. Día a día.


El mejor poema del siglo

Terminé hace poco "Antología de la nueva poesía española" de José Luis Cano. Es una recopilación de poemas de autores del si...