Esta va a ser la última entrada en este blog antes de efectuar el reglamentario parón de verano, que me llevará a no escribir nada o casi nada en julio y agosto. Quería, pues, hacer revista de lo que he escrito este curso, de septiembre a junio, en este mi espacio cibernético.
Este curso he escrito mucho menos que el anterior. No sé si habrá sido porque estaba en el último curso del colegio, con su consiguiente merma en las horas disponibles debido al estudio, o por cualquier otra cosa, el hecho es que, en el curso 2011-2012 escribí 72 entradas, y en el curso que hoy concluyo oficialmente he escrito 42. Los datos están ahí.
¿Las entradas que más han gustado a las personas que me leen? Confesiones de un pequeño idealista, Lugares descubiertos de Valencia (I), ¿Progreso?, y El fin del principio. ¿Y las que más han gustado a las personas que no me leen? Ninguna, porque no me leen.
He pasado de un idealismo confeso a ser más dado a las reflexiones, y al arte (será el influjo de la asignatura de historia del arte), y sigo igual de humorista, espero. He escrito menos poesía, muchísima menos. Todo eso en líneas generales, y mirándome yo a mí mismo. Seguramente mis lectores me vean de otra forma. Les invito a dar su opinión, aunque últimamente nadie comenta. En fin, ellos se lo pierden...
Termino con el propósito de volver el año que viene, dispuesto a contar cómo es la inmersión en la Universidad, que realizaré a partir de septiembre, y esperando que dicha inmersión no me quite tiempo para escribir.
Lo dicho, a disfrutar del verano. ¿Que qué pienso hacer? Leer a Gömbrich, introducirme en el derecho, tocar la guitarra, aprender muchas cosas y ser feliz. ¡Hasta septiembre!
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