martes, 2 de abril de 2013

Roma, la Ciudad Eterna.


Mi experiencia turística es más bien escasa. Antes de esta Semana Santa, solo había salido de tierra española para estar en Andorra y en Gales, eso sin contar las pequeñas incursiones en tierra francesa que haya hecho por los Pirineos. Este panorama cambió hace más de una semana, a Roma, viaje que concluí ayer, y del que escribo hoy.

Caótica en lo que al tráfico se refiere, con gran cantidad de edificios no muy bien cuidados y algunos deliberadamente sucios (como, por ejemplo, la embajada francesa ante la Santa Sede), pero con un encanto particular, único, que reside en el simple hecho de ser Roma, hecho que supone, por ejemplo, encontrarse sin quererlo con la imagen del monumental Panteón, o que, ante el ayuntamiento de Roma se halle la estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, o que, paseando por la calle, te encuentres con edificios de hace dos mil años, o con iglesias de inigualable monumentalidad, proporción y belleza, en las que encuentras además obras pictóricas como la Vocación de san Mateo de Caravaggio (ubicada en la iglesia de san Luis de los franceses) o escultóricas como el Moisés de Miguel Ángel (en san Pietro in vincoli). Hecho que supone, por ejemplo, que los bandos de publicidad del ayuntamiento vayan encabezados por el S.P.Q.R., que ya encabezaba las legiones de hace dos mil años. Y, sobre todo y ante todo, la plaza de san Pedro del Vaticano, precedida por la columnata de Bernini, que hasta entonces un servidor solo había visto por televisión, y la Basílica misma, obra fundamental del Cinquecento renacentista


Supongo que todo el mundo que escribe sobre la 'caput mundi', es para decir que ha quedado cautivado por ella. He de reconocer que no soy una excepción a la regla, y que la ciudad que fue el centro del mayor imperio de la Antigüedad ha causado en mí una gran impresión.


En fin, esta ha sido mi experiencia romana. Es un viaje imprescindible a una ciudad de historia simpar y belleza incomparable (que significa lo mismo que simpar, pero era por cambiar de palabra). Por cierto, aunque opine esto, no tiré una moneda en la Fontana di Trevi, ¿volveré algún día?

2 comentarios:

Sr. Enigma dijo...

Me alegro que disfrutarás de tu viaje en la ciudad donde "Solo Preti Qui Regneno" (Aquí sólo mandan los curas) No llego a comprender, eso si, el porque dices que hay edificios deliberadamente sucios es algo que no llego a comprender, puede que valga una explicación. Espero que tu imprudencia de no tirar una moneda a la fontana di trevi no haga que no puedas volver a la ciudad eterna, yo tuve que tirar en todas las ocasiones que he visitado Roma varias monedas hasta que me saliese cara, y de esta manera saber que la ciudad de Roma me espera.

Luis María Sancho dijo...

Que hay edificios deliberadamente sucios lo digo porque hay edificios que están sucios. De hecho son muchos. Un ejemplo es, como digo, la Embajada de Francia, porque es el recuerdo que tengo, pero realmente es grande la cantidad de edificios con suciedad en la fachada : https://maps.google.es/maps?um=1&hl=es&q=calle%20juana%20de%20arco%20roma&bav=on.2,or.r_qf.&bvm=bv.44770516,d.d2k&biw=1680&bih=838&ie=UTF-8&sa=N&tab=il

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