viernes, 15 de febrero de 2013

Gracias, Benedicto.


Gracias, Benedicto, porque, con 78 años, y a poco tiempo de retirarte, aceptaste ser el Padre Común de todos los cristianos, llevar encima todo el peso de la Iglesia, que es mucho más que salir en todas las fotos y que griten tu nombre cientos de miles de personas, que es cargar en tus espaldas las conciencias de mil millones de católicos, y guiarlos por el buen camino, responsabilidad que haría desmayarse al primer segundo a todos esos que te critican. Gracias porque pusiste tu sabiduría de teólogo al servicio de todo el mundo. Gracias, Benedicto, porque te has enfrentado siempre a los problemas de cara, sin ningún miedo a la verdad, porque has sido realmente un Cooperator Veritatis, como reza tu lema episcopal. Gracias porque has rezado por mí y por todos los hombres. Gracias, Benedicto, porque, como buen Padre, en agosto de 2011 me diste las buenas noches bajo las estrellas del cielo de Madrid, después de haber aguantado una tormenta de verano de las que por Alemania dudo que se vean muchas, y que soportamos los dos, aunque en desigualdad de condiciones: tú tenías 83 años, y yo 15. Gracias, Benedicto, porque el lunes tampoco tuviste miedo, y decidiste dejar paso humildemente a otra persona, que seguro será más joven, pero no sé si más sabia y santa que tú. Gracias, Benedicto, porque ese vigor del cuerpo tan necesario para estar en la Sede Petrina lo has perdido por mí. Y, finalmente, gracias, Joseph Ratzinger, porque vas a seguir rezando por la Iglesia, y, por lo tanto, también por mí, hasta el final de tus días, después del cual nos ayudarás más que nunca.
No pierdo la oportunidad de haceros leer este impresionante artículo: Siempre renuncias, Benedicto.

3 comentarios:

Javi dijo...

Amén.

JUSAN dijo...

Me has decepcionado, de nuevo. Escribo este comentario con tristeza, porque una persona con el talento que tienes tu, y con la formación humana, doctrinal y académica que posees, ha escrito una entrada propia de una niña en la edad del pavo. Esta entrada no muestra la madurez, el caracter y el estilo propio en ti.
Esto lo digo porque sigues el mismo guión que el resto de entradas, por momentos creia que no era tuya... Te diriges al Santo Padre como Benedicto, el proximo paso sera : "Aqui el amigo Bene" Te pido que cuides tus formas.
También pedirte que cuides tu estilo, y que seas extraordinario, sino no aportas nada y no atrae.

Luis María Sancho dijo...

A mí lo que me entristece es ver que ni siquiera en asuntos de tanta trascendencia tienes reparo en hacer críticas absurdas y con el único objeto de herir al escritor. No te lo repito: basta de comentarios hirientes y faltos de base lógica. Podrías empezar por citarme algún ejemplo de inmadurez, falta de carácter y de estilo, y fragmentos que compararías con lo que escribiría 'una niña en la edad del pavo'. Sería un buen comienzo.

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