Este pasado miércoles asistí a una conferencia en el Centro Cultural Bancaja de Valencia, cuyo tema era la solidaridad, la preocupación por el mundo que nos rodea, y promovía la acción social entre los jóvenes. Y, dado que el conferenciante era un escritor, cuyo nombre figura en el título de esta entrada, todo estuvo mezclado con un poco de arte.
Toda la intervención de Herraiz estuvo salpicada de anécdotas de su vida.
Con una de ellas explicó cómo había decidido escribir su primera novela. Visitó un día una leprosería en las afueras de Madrid, y quedó impactado. Se dio cuenta bien de cerca de lo que es el sufrimiento, pues aquellos leprosos estaban abandonados del mundo, sin nadie que les fuera a ver. Esta primera novela fue ''Me queda Madrid'', y da la casualidad de que es la única que me he leído de este autor.
Santiago se dio cuenta de que en el mundo mucha gente sufre, y de que debía contar las cosas de una manera realista a la sociedad. De una manera realista, pero utilizando el arma de la ficción, de la que estuvo hablando durante un buen rato. Con la ficción, dijo él, se pueden crear historias en las que meter al lector, y ahí es cuando de verdad los hechos de la realidad llegan, y chocan. Al hablar del arte, de cuando alguien está metido en una obra de arte, explicó que no es lo mismo leer un poema sin saber nada de poesía que habiendo leído miles de libros, o no es lo mismo escuchar una canción sabiendo tocar la guitarra, que sin conocer dicho arte. Quien conozca la teoría del arte, lo disfrutará mucho más.
Se da claramente en nuestra sociedad un desprecio a las artes, a todo lo que se salga de un círculo estrecho alrededor de uno mismo (ya que para contemplar algo se debe salir de nosotros mismos, levantar la mirada hacia lo que queremos contemplar), como también se da un desinterés hacia todo problema social que no esté dentro de dicho círculo. Creo firmemente que hemos de romper dicho círculo, hacer que vuele por los aires. Debemos interesarnos por los problemas del mundo, y tratar de solucionarlos. Que sí, que parece imposible, pero no lo es. No si queremos de verdad y nos preocupamos por conseguirlo.
Estas fueron las ideas que transmitió Santiago Herraiz. Yo estoy con él. ¿Y tú?
Con nada más que decirle al mundo.
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