Ya de vuelta de las vacaciones de Semana Santa y Pascua, me gustaría escribir una entrada sobre la primera novela policíaca que me he leído en mi vida, exceptuando algo de Sherlock Holmes que había leído, aunque nunca una novela entera por voluntad propia. El encargado de iniciarme en este género de una vez por todas ha sido nada más y nada menos que el sueco Henning Mankell, con su eterno protagonista, Kurt Wallander.
Kurt Wallander, que es considerado como el ''alter ego'' de Mankell, es un inspector de policía con mucha experiencia, con una vida un tanto solitaria (está divorciado, vive solo...), que vive en la ciudad de Ystad. Él es el protagonista que Mankell utiliza siempre en sus novelas, cuya vida va sucediéndose mientras resuelve casos criminales. Es una persona agresiva, cansada, que no se preocupa por los excesos, amante de la ópera, y que no ha tenido mucha suerte en la vida, que en las novelas se dedica a resolver casos extraños de asesinatos.
En este caso, el caso que debe resolver el inspector es si cabe más extraño que los demás, pues uno de sus compañeros ha sido asesinado, y ese mismo compañero estaba investigando la desaparición de tres jóvenes, que han sido igualmente asesinados.
Es una novela que no te deja parar de leer, te coge, y nunca relaja el ritmo extenuante de la investigación, que por momentos asusta, por momentos hace reír, cuando el protagonista muestra alguno de sus rasgos más extravagantes y a veces absurdamente agresivos.
Sinceramente, ha sido una iniciación en el género policíaco muy buena, y pienso leer alguna novela más de este autor. Me ha gustado, y os lo recomiendo vivamente.
Con nada más que decirle al mundo. Un saludo.
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